Hola a todos!!!
Me falta tiempo y dinero para recorrer el mundo como me
gustaría, así que de momento a disfrutar a través de las guías y fotografías…
En esta ocasión, viajamos hasta Canadá, en concreto al
Parque Nacional Yoho, ubicado en las montañas rocosas.
El nombre de Yoho es una expresión de asombro que se utiliza
en el lenguaje Chippewa y que le viene como anillo al dedo a este parque, ya
que está repleto de maravillosos escenarios naturales (picos, glaciares, aguas termales...)
Uno de ellos es el Lago Esmeralda, considerado uno de los
paisajes más bellos de toda Norteamérica.
El lago se encuentra rodeado por la Cordillera President,
parte de las Montañas Rocosas canadienses, el Monte Burgess y la Montaña Wapta,
durante el día se pueden ver reflejadas en el agua, como un auténtico espejo. Una imagen de postal.
Toda esta zona, junto con los glaciares, cascadas, cañones,
grutas, bosques fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1984.
El guía Tom Wilson descubrió el lago por casualidad en 1882,
durante la construcción de la Canadian Pacific Railway. Él le dio el nombre,
aunque los indios nativos lo conocían como “Lago de Little Peces”
El intenso color turquesa de sus aguas se debe a unas
partículas minerales resultado de la trituración de los glaciares. Su color esmeralda se mezcla con el verde de las montañas y
las flores silvestres que nacen en sus orillas.
El parque se puede visitar durante todo el año, pero debido
a la gran altitud, el lago está congelado desde noviembre hasta junio, por lo
que si es posible, mejor conocerlo en verano!
Además es cuando los paisajes están en su plenitud, ya que se pueden percibir todas las tonalidades de la naturaleza, que en
invierno están ocultas bajo la nieve.
En el parque existen diferentes actividades. Una de ellas es
recorrer el sendero que lo bordea y que es muy popular. Son 5 km alrededor del
lago, donde se puede observar toda la vida silvestre y fotografiar preciosas
panorámicas.
Otra opción interesante es disfrutar de un paseo en canoa
por el lago. Sin duda, un momento de tranquildad y relax absoluto.
Es uno de esos lugares que se guardan para siempre en la
memoria y que los recuerdos te hacen regresar una y otra vez a él. Cerrar los
ojos y pensar en el Lago Esmeralda, hace que te evadas de la realidad y que
entres en un mundo mágico, de belleza infinita.
El rincón ideal para una escapada romántica, un enclave de
ensueño, donde integrarse en la naturaleza y desconectar del mundo. Nunca mejor
dicho, pues no hay señal de móvil en muchas partes del parque!
Si queréis vivir en el paraíso durante algunos días, existe
un hotel al borde del lago, el Emerald Lake Lodge, un alojamiento de madera
tallado a mano, con unas vistas espectaculares sobre todas las montañas
rocosas.
Esta maravilla os espera en Canadá! Os dejo con unas
imágenes que “hacen la boca agua”…..
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